Con este título la Fundación 1º de Mayo de CCOO (http://www.1mayo.ccoo.es/nova/) ha iniciado un seminario, de cuyo arranque se ha hecho eco José Luis López Bulla en su interesante blog que se ha convertido en un importante referente para la reflexión sindical (http://lopezbulla.blogspot.com/2011/04/el-futuro-del-sindicalismo.html). A su primera sesión no pude acudir por razones de trabajo, por lo que envié, en relación con las ponencias en discusión, las notas que reproduzco a continuación:
1) Echo en falta una reflexión más amplia sobre la relación, y diferencias, entre "sindicalismo" y "política", entre sindicato y partido, entre sindicato de clase y partido que se reclame de la clase trabajadora. Y lo considero necesario para evitar confusiones y, sobre todo, tentaciones más o menos conscientes de invadir espacios de uno y otro, en ambos sentidos. La debilidad de las organizaciones políticas de la izquierda (organizativa o de propuesta) acentúa este problema y no deja de resultar significativo la poca atención que en los tres trabajos se presta a los partidos, incluso al considerar la etapa en la que el PCE fue un importante referente (y dirigente político) de la acción sindical.
2) de la mano de lo anterior, opino que el sindicato NO debe tener como objetivo central formal "transformar la sociedad". Considero que su objetivo es más elemental: mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora en su conjunto. Sólo que en la acción para tal objetivo se plantean inevitablemente (si se formulan como objetivos de clase, no corporativos de colectivos más reducidos) reivindicaciones que rompen los equilibrios sociales y son por tanto transformadoras. El sindicato no es pues "para transformar" la sociedad, sino que su acción "transforma" la sociedad. Creo además que ésta es realmente la práctica de los sindicalismos europeos en general, más allá de las diferentes etiquetas ("revolucionario" o "reformista") y más allá de sus más o menos solemnes proclamas de los respectivos estatutos o en algunos documentos de relativa (escasa) significación para los trabajadores que organizamos, que representamos y que movilizamos
3) El eje de la acción sindical debe estar en torno a los intereses colectivos de clase, síntesis de los intereses de los colectivos (muchos y variados) que la componen y con capacidad para tutelarlos (no para contraponerse a los mismos). La elaboración de tales intereses colectivos (es decir de las plataformas reivindicativas) es un elemento clave, y no fácil.
4) Tales intereses, y los objetivos de mejora de las condiciones de vida y de trabajo, es lo que permite el objetivo proclamado de la unidad, unidad de acción ahora, sin olvidar el objetivo de unidad orgánica, al menos de los sindicatos que comparten estrategia sindical (CCOO y UGT hoy).
5) Siendo muy amplio el colectivo "interesado" en tales intereses generales de clase, creo que no hemos de considerarlos como intereses "generales" de la sociedad. Diferenciándolos, seremos capaces de impulsar con más eficacia la movilización (y negociación y pacto) de la clase trabajadora. La clase trabajadora puede ser "referente" para toda la sociedad, pero no "representante".
6) No coincido con la definición de los sistemas del "socialismo real" como "postcapitalistas", quizás "pre ..." (vistos sus resultados, no sólo políticos, también sociales, ecomnómicos, ...). Tampco creo que se los pueda considerar "ajenos" al capitalismo, menos si se analiza la creación y apropiación de la plusvalía en ellos.
7) y, como tema menor, no estoy demasiado de acuerdo con la afirmación de Ramiro de que "la propuesta de CCOO de convocar un Congreso Constituyente ... no pudo llevarse a cabo por la voluntad de UGT", pero esto es quizás una discusión sobre el sindicalismo del "pasado", aunque a lo mejor podría ser de interés recuperar el frustrado debate en CCOO y el PCE sobre el sindicalismo en los últimos años del franquismo y primeros de la transición (en otra ocasión) porque quizás las cuestiones de fondo de aquel debate no estén demasiado alejadas de lo que ahora estamos comentando, y quizás alguna experiencia podríamos extraer de aquel peculiar "debate".
Ya iba siendo conveniente que se aclarara que el sindicato no es un sujeto para la "transformación de la sociedad": ese equívoco, instalado tradicionalmente en el sindicalismo español, ha sido fuente de muchos problemas. Saludos, desde el Balneario de Brácana (Vega de Granada)
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