martes, 8 de noviembre de 2011

La dignidad de la política - Homenaje a Miguel Núñez

Con este título, un grupo de unas 100 personas como "promotores", organizamos ayer un acto de homeaje a uno de los principales dirigentes del PSUC (el "Partit Socialista Unificat de Catalunya") fallecido hace unos 3 años. El proceso de organización de este acto y sus contenidos se encuentra en





En él, junto a un grupo de intervenciones trasmitidas por vídeo, hablamos Jordi Pujol, Santiago Carrillo, Lali Vintró y yo. Mi intervención fue:



"Amics i amigues, companys i companyes,

En este acto de homenaje a Miguel Núñez hemos situado como lema “la dignidad de la política”. Entiendo la dignidad de la política como una exigencia derivada de su necesidad, de la necesidad de la política.

Dignidad pues de la política necesaria. Una dignidad que va más allá de los políticos, pero que exige políticos dignos. Necesitamos una política digna porque necesitamos la política. Necesitamos hacer política, que se haga política. Aunque a veces no sea fácil.

Quiero referirme a la práctica política de Miguel, a la dignidad de su práctica política. A la necesidad de la política en un ámbito concreto: la acción obrera en SEAT en los años 70.

Los años 70. Unos años en los que viví con Miguel la reconstrucción del Partido, del PSUC, el Partido de los comunistas de Cataluña, en Barcelona, después de las numerosas detenciones del "Estado de Excepción" decretado por Franco en 1969, unos años de permanente movilización de los trabajadores de SEAT.

En SEAT, en aquellos años, cada año había como mínimo una huelga importante. Por sus convenios, por el aumento del salario, por la prima, en relación con las horas extraordinarias, …, y siempre por la readmisión de los despedidos. Y, cuando los había, por la libertad de los detenidos y encarcelados. Acciones reivindicativas y solidarias, siempre con objetivos claros y concretos, inmediatos.

Y entre estos objetivos concretos e inmediatos, la exigencia de libertad, de las libertades democráticas, estaba siempre presente en la conciencia colectiva de los trabajadores.

Es en relación con este objetivo político inmediato, para contribuir al mismo, que quiero referirme a la intervención de Miguel Núñez.

Cada año organizábamos una reunión amplia de los comunistas de SEAT con Miguel, con el “camarada Saltor”, como ellos le conocían.

Era una reunión muy preparada, con citas de seguridad previas para llevar a los participantes al local de la reunión que ellos no conocían. Porque una buena organización permitía convocar a un número importante de dirigentes sindicales de la fábrica, a los principales dirigentes obreros de todos los talleres.

La más numerosa creo que fue la que organizamos para ver y comentar el video del mitin de Ginebra de Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo, creo recordar en el año 74. Asistieron unas 60 personas.

Los asistentes no eran todos formalmente militantes del PSUC, pero todos sabían que iban a reunirse con alguien de la dirección del Partido de los comunistas. Muchos esperaban ya que acudiese Miguel al que habían conocido en otras reuniones, en años anteriores.

Se trataba de discutir la situación del país, de los avances, y las dificultades, de la lucha por las libertades democráticas. De comprender cómo se enlazaba la lucha obrera, por reivindicaciones inmediatas, para mejorar las condiciones de trabajo, de vida, con la exigencia de libertad. Cómo ésta era ya una exigencia inmediata, cada año más inmediata.

Esto es lo que interesaba, esto es lo que venía a explicar Miguel.

Y también la importancia, para la lucha por las libertades, de la acción de los trabajadores. Para entenderlo, algún año vino a ayudarnos el dictador, cuando en su discurso de fin de año se refirió a las maniobras de los enemigos de la patria que alborotaban una de las principales empresas del país.

Los asistentes no sabían exactamente quien era el “camarada Saltor”. No era necesario explicar su vida, su historia, sus años de lucha, de cárcel, las torturas sufridas, ... Era suficiente que nos hablara de lo que estaba pasando en aquellos momentos, de lo que ya hacíamos, de lo que había que hacer, … para que se transmitiera, se entendiera, la importancia, la necesidad de la política, … y Miguel se hacía entender muy bien, llegaba a los sentimientos, y también a los razonamientos.

Los asistentes salíamos con las pilas cargadas. Miguel sabía transmitir el sentido y la importancia de su lucha, la de los trabajadores de SEAT. La importancia para ellos, pero también, y mucho, para los demás, para el conjunto de la clase trabajadora, y para los ciudadanos, para todo el pueblo, de Catalunya, de toda España. Transmitía optimismo, confianza, no sobre palabras vacías, no con tópicos, sino con razonamientos muy ligados a la realidad que vivíamos cada día, sobre como íbamos construyendo los espacios de libertad que tenían que terminar, que terminaron, con el franquismo.

La reunión misma era ya un acto de libertad. Por el hecho de reunirnos, por la presencia de todos, por la presencia de uno de los principales dirigentes de la lucha antifranquista, por la transmisión no sólo de lo que pasaba en otros lugares del país, también del mundo, del eco de lo que pasaba en SEAT, sino también por la valoración que de todo ello se hacía. Y se entendía muy bien.

Un acto de libertad que se proyectaría rápidamente a toda la fábrica después de nuestra reunión.

Con esta referencia a una de las formas del trabajo político, desde la clandestinidad antifranquista, de Miguel, que estaba en “orden de busca y captura”, reuniéndose con los dirigentes públicos de los trabajadores de SEAT, quiero rendir también homenaje a la actividad, a la acción a la solidaridad de tantos y tantas, que practicaron la política, que hicimos política, una política necesaria, una política digna, de la que Miguel fue una expresión, un protagonista destacado porque dedicaba sus esfuerzos a que muchos más se convirtieran en protagonistas activos, decisivos, de una acción política que, así entendida, era claramente una política digna.

Por todo ello, quiero terminar como terminé en las notas que para la revista “La Factoría” me pidió, cuando Miguel murió, el que ha sido otro ejemplo de la dignidad de la política y que recientemente nos ha dejado también, Carlos Navales. Y quiero decirlo, estoy seguro que puedo decirlo, en nombre también de los participantes en aquellas reuniones, en nombre de muchos de los trabajadores de SEAT que participaron activamente en aquellas movilizaciones, algunos de los cuales están en esta sala hoy:

¡GRACIAS MIGUEL, MUCHAS GRACIAS POR TU VIDA, POR TU VIDA EN PASADO, EN PRESENTE … Y EN FUTURO!

Muchas gracias"

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