A propósito de la votación de mañana en
el Parlamento Europeo (1)
Mañana, 27 de abril, el Parlamento
Europeo votará el Informe sobre la industria mundial del vestido cuya ponente
ha sido una eurodiputada española de Podemos. Se trata de un texto interesante,
positivo, pero aún de escasa eficacia directa. Está bien formular
recomendaciones, criterios, pero es ya momento de resoluciones eficaces sobre
uno de los grandes problemas de la globalización, para que su denuncia no se
transforme en una antiglobalización reaccionaria sino en la reivindicación de
la globalización de los derechos.
El informe-resolución que se va a
votar “pide” a la Comisión Europea una “propuesta legislativa para las cadenas
de suministro del sector de la confección … en consonancia con las directrices
de la OCDE” y pretende “fomentar el consumo consciente … la igualdad de género
… mejorar las inspecciones de trabajo y las auditorías …” y formula otros
positivos planteamientos.
Es evidente que en los últimos años la
opinión pública mundial se ha visto sacudida por tremendos acontecimientos,
como el hundimiento de Rana Plaza con más de 1.000 trabajadoras y trabajadores
muertos en un instante el 24 de abril de 2013. Se ha extendido un mayor
conocimiento de las condiciones de vida y de trabajo en las que se fabrican
muchos productos de nuestro consumo diario, la ropa entre ellos. Se han abierto
algunas vías de interlocución con los “grupos de interés”. Se han concluido
acuerdos de gran significación como el de prevención de incendios y
hundimientos en Bangladesh, o los Acuerdos
Marco Globales de La Federación Sindical Internacional “IndustriALL
Global Union” con grandes marcas del sector: la española Inditex (2007), la
sueca H&M (2015) y la alemana Tchibo (2016). En 2016 la Conferencia anual
de la OIT dedicó una Comisión de Trabajo específica al trabajo decente en las
cadenas de suministro, lo que también se abordó en la Conferencia de Alto Nivel
organizada por la Comisión Europea ese mismo año. Y en algunos países se ha
empezado a legislar en serio sobre el tema, como en Francia y Holanda este año
con leyes sobre la “diligencia debida”.
Por otra parte, los consumidores, a
pesar de la clara situación de inferioridad en relación con las empresas,
pueden empezar a ejercer ya una influencia permanente a través de la demanda
hacia los cambios necesarios para modificar comportamientos no éticos, en la
línea de las directrices de las Naciones Unidas para la Protección del
Consumidor, con el objetivo de avanzar hacia un consumo sostenible. Se están también
abriendo paso las propuestas hacia una fiscalidad responsable, sin utilizar
paraísos fiscales y cumpliendo con transparencia las normas fiscales de los
países donde fabrican y donde venden.
Por todo ello, esta discusión en el
Parlamento Europeo no debe terminar mañana sino que debe significar un nuevo
impulso para la calidad del trabajo y la seguridad del producto. En relación
con ello se pueden sintetizar los objetivos de la acción social e institucional
en dos espacios.
Por una parte en el ámbito las normas
legislativas de eficacia directa:
· Que
la OMC exija que los productos del comercio mundial acrediten garantías
sociales y medioambientales.
· Que
la OIT elabore un nuevo Convenio sobre las cadenas de suministro a partir de sus
Convenios históricos, sintetizándolos y adaptándolos a la nueva realidad de la
globalización.
· Que
la Unión Europea establezca una nueva Directiva al respecto con normas de
obligado cumplimiento por las multinacionales de cabecera europea de las marcas
globales
·
Que
los países desarrollen su legislación en el mismo sentido
Y por otro, en el de las normas
convencionales, con Acuerdos Marco Globales que resulten de la negociación de
las marcas con sus grupos de interés (sindicatos, ONGs, organizaciones de la
sociedad civil), con, como ejes de tales acuerdos:
· La
transparencia con todos los grupos de interés de su cadena de valor hasta su
último eslabón de subcontratación, poniendo de manifiesto sus mapas de
producción y distribución, del impacto de su actividad y de los riesgos de la
misma.
· Los
derechos de intervención sindical y social a lo largo de toda su cadena de
valor para contribuir al cumplimiento de las normas legales y convencionales
orientadas al objetivo del trabajo decente en el mundo, garantía de una
globalización sostenible, y partiendo de la defensa de sus específicos intereses.
Avanzando con esta dirección
consideramos que los acuerdos del Parlamento Europeo pueden, deben, suponer un
primer paso para seguir avanzando.
26 de abril de 2017
Isidor
Boix (de la
Secretaría de Internacional de CCOO-Industria, Ex Coordinador de IndustriALL
Global Union para el Acuerdo Marco Global con
INDITEX)
(1) ver documentos del Parlamento Europeo en Documentos de referencia
Buenas noches Isidor. Me llamo David Moreno y estoy realizando mi tesis doctoral en la que una parte es la relación e influencia del PCI sobre el PSUC y el PSC-PSOE en el Ayuntamiento de Barcelona (1979-1983) Carles Vallejo me ha remitido a usted para poder entrevistarlo. Estaria muy interesado en poder entrevistarle para informarme sobre esta relación, además de la tesis de septiembre a diciembre estaré físicamente en Italia para profundizar sobre este tema.
ResponderEliminarle paso mi correo universitario davidmoreno@ub.edu