sábado, 16 de diciembre de 2017

21-D: por qué voy a votar socialista y no a los comunes, también a la vista de sus programas electorales




Hace unos pocos días expliqué (http://iboix.blogspot.com.es/2017/11/porque-pienso-votar-socialista-la-lista.html) mi previsión de voto por la lista del PSC encabezada por Miquel Iceta. Y ello en base a la realidad política, así como de las posiciones que habían adoptado las diversas organizaciones políticas a lo largo de los últimos años, particularmente de los últimos meses y semanas, de su acción política en nuestra última y convulsa etapa; también de algunas decisiones como la ruptura del pacto de gobierno en el ayuntamiento de Barcelona. Faltaba conocer y valorar los programas electorales, importantes sin duda, aunque menos decisivos que la práctica política ya desarrollada y sus propuestas concretas en este último periodo y para el inmediato.

Ahora conocemos ya los programas electorales, y hay que juzgarlos por lo que afirman como propuestas de gobierno a integrar en las posibles, necesarias, alianzas de gobierno. Para mí lo deseable sigue siendo un gobierno con base en PSC, Catalunya en Comú-Podem y ERC, liderado por Miquel Iceta. Así lo afirmé hace días y así me reafirmo a la vista de los programas de las dos opciones a las que podría dar mi voto, CatECP (a los que he votado en las últimas convocatorias) o PSC (a los que ahora pienso votar). El examen de los programas ahora publicados me lleva a reafirmar esta opción que no supone sólo la apuesta por una propuesta, sino también el rechazo de la otra.

Son programas similares en muchos aspectos, empezando por sus dimensiones, más de  150 páginas cada uno. También por afirmaciones que suenan bien, pero para las que no explican suficientemente con qué cuentan para llevarlas a cabo, pues para ello no es suficiente su lógica voluntad de que la mayoría absoluta de los catalanes les otorguen el voto. Ya saben que no será así, por lo que es esencial la posible política de alianzas y el consiguiente programa de gobierno inmediato. Para ello me merece más credibilidad la propuesta socialista.

Pero vayamos a los programas, a lo que por otra parte me han emplazado algunos amigos y otros que lo parecen menos. Confieso que he leído en diagonal una parte de ambos programas, para prestar especial atención a cómo piensan abordar dos cuestiones que considero esenciales. 

Por una parte el imprescindible y muy difícil desbloqueo de la actual situación política de Catalunya, de la necesaria reconducción de nuestro autogobierno en contenidos y en el camino para su implementación. Por otra, cómo abordan la también necesaria acción sindical para impulsar la urgente movilización de la clase trabajadora en la demasiado olvidada batalla para salir de verdad de la crisis en condiciones de trabajo y de vida de todos, así como en derechos individuales y colectivos.

En relación con el desbloqueo del impas político que vivimos en Catalunya rechazo la propuesta de los comunes. Dicen que proponen “la creación en Catalunya de una república social … que desde el ejercicio de su soberanía establezca una relación confederal con el estado español”, …unpacto bilateral con el estado”, etc. Supongo que los redactores de estas afirmaciones no desconocen, aunque no lo dicen, que tal tipo de negociación supone la previa independencia catalana. A éstas y otras en el mismo sentido entiendo que se les puede aplicar la afirmación de estos días de Pablo Iglesias en un mitin en Catalunya explicando, con razón, que prometer o proponer lo imposible es “engañar” a los ciudadanos. Más serias y practicables me parecen la propuestas socialistas, aunque a su voluntad de la difícil reforma de la Constitución española creo habría que añadir una consulta a la ciudadanía de Catalunya, asumida como políticamente vinculante, y en cuyo desarrollo habría que incorporar la afirmación, y argumentarla, no sólo de que “no somos independentistas”, como dicen los comunes, sino de que  "somos no independentistas", o más claro: “somos contrarios a la independencia”. Lo que al mismo tiempo podría, debería, ir acompañado de la clara asunción de lo que resulte de la mencionada consulta.

También me parece claramente rechazable la propuesta de los comunes en relación con la acción sindical y las relaciones laborales. 

Coincido en lo que tanto el programa electoral de los comunes como el de los socialistas proponen, es decir la derogación de la reforma laboral del PP, ciertamente la peor, aunque los socialistas se olvidan de la también necesaria derogación de la de Zapatero. Y ello previamente a la también necesaria nueva elaboración del Estatuto de los Trabajadores, de ámbito español. Pero lo que supone mi más claro rechazo de la propuesta de los comunes es la de un “marco catalán de relaciones laborales” y su apuesta por “convenios sectoriales de ámbito catalán”. Sin  ninguna referencia a los convenios sectoriales estatales defendidos por las Confederaciones de CCOO y UGT como ámbitos de acción y negociación colectiva y solidaria, una estrategia sindical que creía además asumida por las organizaciones catalanas de ambos sindicatos. No he oído sin embargo hasta ahora, particularmente por parte de los que podrían considerarse más próximos a los comunes, ninguna consideración al respecto por parte de CCOO y UGT de Catalunya. 

Desde la perspectiva sindical esta cuestión tiene una más significativa importancia, es más grave, en este momento, cuando se aprecian claras tendencias “renacionalizadoras”, “neocorporativas”, insolidarias, en importantes ámbitos del movimiento sindical. En un momento en el que el desafío de la globalización a todos para defender las más inmediatas condiciones de vida y de trabajo, también para los sectores en mejores condiciones hoy, exige como respuesta la globalización de los derechos, lo que supone ámbitos de negociación y movilización cada vez más amplios, no más reducidos.

Mi profundo desacuerdo con estas propuestas de “Catalunya en Comú-Podem”, vinculada a mi inequívoca apuesta por la unidad y solidaridad de la clase trabajadora, de las fuerzas de progreso, de toda España, me lleva a reafirmar mi decisión de dar mi voto el 21-D a la lista socialista encabezada por Miquel Iceta.

    

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