Podría también haber titulado “porqué
no pienso votar a los comunes” (que sería hoy el voto
resultante de mi historia personal y del depositado en las últimas contiendas
electorales, generales, autonómicas y municipales). Salvo el voto en blanco, no
habría ninguna otra posibilidad por mi parte que “comunes” o socialista. Votaré
previsiblemente socialista a pesar de una no muy afortunada experiencia
personal con ellos en 1978-1980, pero ha llovido mucho desde entonces y los
problemas de hoy tienen otros contenidos y protagonistas.
Hoy votaría la lista que encabeza Miquel Iceta por las siguientes razones:
1. Por el punto de partida de mi
posicionamiento político a lo largo de los últimos meses, que puede resumirse
en lo planteado en: https://lopezbulla.blogspot.com.es/2017/08/manifiesto-para-el-acto-del-dia-22-de.html y http://iboix.blogspot.com.es/2017/09/por-la-unidad-y-solidaridad-de-la-clase.html
2. Porque aunque se trata de
“elecciones autonómicas” y no sobre la “independencia” de Catalunya, la inercia
social y política de un tan largo “procés” hace necesaria una clarificación a
la que estas elecciones deberían contribuir para superar esta nefasta etapa y
con ello poder abordar los problemas pendientes, los sociales en primer lugar,
que pueden resumirse en que la salida a la crisis lo sea de verdad para todos.
También por la profundización de la democracia en todos los órdenes, así como
por la lucha contra la corrupción, la futura y la pasada: Gurtel, Púnica, los
Papeles de Panamá y la Caja B del PP, junto a la del Palua, el 3% y los Papeles
del Paraíso, como exponentes de una cultura política de las derechas, la
española y la nacionalista catalana, aliadas en tantas ocasiones.
3. Porque la candidatura
socialista, con incrustaciones a derecha e izquierda, es la única que plantea
con claridad, desde la izquierda, un NO a la independencia, es decir la
síntesis de los dos conceptos, repito: 1) unidad y solidaridad de la clase
trabajadora de Catalunya con la de toda España, y 2) propuesta y lucha conjunta de todas las
fuerzas de progreso de España para abordar los grandes y graves problemas
pendientes, como se hizo en defensa de la República (esa sí, que no era
simbólica), y como hemos hecho contra la dictadura franquista, en la conquista
de las libertades y en la batalla por la construcción de la democracia
conquistada.
4. Porque, aunque no comparto
plenamente las propuestas del PSC para la rediscusión del “encaje de Catalunya
en España” (considero posible y deseable un “referéndum pactado”, o una
“consulta políticamente vinculante”) y tampoco coincido con aspectos de los
planteamientos políticos del PSOE, entiendo que los problemas planteados en el
punto anterior sólo pueden abordarse hoy desde Catalunya con coherencia
política y la apuesta por la unidad de las fuerzas de progreso en España. El
eje para ello son hoy los socialistas.
5. Porque la candidatura de los comunes
que encabeza Xavier Domènech no da respuesta a las incoherencias,
vacilaciones y golpes de efecto de esta formación política en la última etapa,
entre los cuales es significativa la ruptura del pacto de gobierno municipal en
Barcelona con el PSC, con su proyección hacia un posible pacto expreso o tácito
en la Generalitat ERC-CatComú-CUP con ERC en la dirección, como ya se insinúa.
También por su pronunciamiento por un “referéndum pactado” sin definirse sobre
qué posición (SI o NO a la independencia) adoptarían los comunes en éste, así como
las demasiadas abstenciones en el Parlament sin rechazar de plano las cacicadas
y esperpentos del “tripartito” PDeCAT-ERC-CUP. Tampoco comparto su teoría y
práctica de la democracia interna promoviendo el voto de las personas afiliadas
a la vez que l@s dirigentes rehúyen su responsabilidad callando
irresponsablemente su criterio, aunque a veces, como la consulta sobre el pacto
de gobierno municipal, con preguntas tramposas que orientan subliminalmente la
respuesta.
6. Porque en la actual coyuntura, y
salvo un vuelco espectacular no previsible tras la campaña electoral, la mejor
opción de gobierno de las posibles sería PSC-CatComú-ERC, con la hegemonía de
la fuerza no independentista con mayor representación. Y para pilotarlo me
parece Miquel Iceta la persona más cualificada. Soy consciente de que no es
nada fácil, pero la otra alternativa es seguir como en los últimos años, con el
bloqueo de toda política de progreso, con el debate soberanista copando la
tensión política.
Ésta es hoy mi previsión de voto, y lo
será a no ser que la campaña electoral y la práctica política de esta etapa
hasta las elecciones me lleven a modificarla. Luego estaré atento al uso que se
haga de mi voto, consciente por otra parte de que éste no constituye más que
una gota en el océano. Pero es mi gota, mi contribución a los objetivos antes
señalados.
Mucho nos jugamos el 21-D. De la
madurez política del pueblo de Catalunya, tantas veces manifestada, y de las
organizaciones sociales y políticas progresistas catalanas, espero y deseo que
las elecciones del 21-D establezcan unas bases (movilización social e
instituciones autonómicas) que abran las vías de un futuro que hay que
construir ya.
Me interesarán los comentarios a estos
apuntes que se expongan con razonamientos, no los que supuren sectarismo.
Porque cuando se dice que para arreglar un problema político, la solución debe ser política, no creo que se trate de diálogo, diálogo y más diálogo, como pedía Ada Colau, si no de negociar, que al fin es ceder todos para llegar a un bien común que pueda interesar a todos y hasta ahora eso no es precisamente lo que ha hecho la propia Colau echando a PSC del pacto por el Ayuntamiento de Barcelona, y sí parece ser lo que ha hecho Iceta sumando a su proyecto a Espadaler. Eso para mi es política, en un panorama de malos políticos al que estamos acostumbrados; todos envueltos en la bandera de la democracia pero deseando gobernar con amplias mayorías para ejercer tranquilamente su dominio, lo cuál es lo que distingue a los fascismos, no a las democracias.
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