Con las de Antonio Baylos
(Intervención de ANTONIO BAYLOS ) y Carlos Mejías (Intervención de CARLOS MEJÍAS ) hemos dado una buena vuelta por este tema al que me
referí ya con anterioridad y con diversas intervenciones recogidas en el blog de José Luis (Riccardo Terzi, Isidor Boix, Paco Rodríguez de Lecea y José Luis López Bulla ).
De nuestras intervenciones no se
desprenden conclusiones claras, tampoco lo pretendíamos, pero sí creo que
suponen ideas bastante frescas, aportaciones de hecho casi complementarias, con algunos puntos de desacuerdo y posiblemente útil debate.
Considero además que hemos abierto un
tema menos tratado y es en qué consiste y cómo se construye la “ideología” del sindicato,
cuestión que va más allá de la relación entre sindicato y política, o mejor
dicho entre el sindicato y el partido político que se pretende referente del movimiento obrero.
Porque aunque
no tenga partido de referencia (lo que en mi opinión no es necesario, ni
siquiera conveniente), el sindicato sí precisa construir su propia
ideología, que puede ser importada del
ámbito de la política o elaborada desde el ejercicio de su autonomía o independencia,
con elementos “tácticos” o inmediatos, imprescindibles, y otros “estratégicos” o que lo parecen, y que considero menos imprescindibles. En todo caso una ideología viva, la del
sindicato entendido como un todo, la que inspira de hecho su práctica diaria y que va más allá de las formulaciones de sus órganos de dirección, aunque sería conveniente su correspondencia, y en
permanente renovación a través de su vida diaria y su respuesta a los requerimientos expresos o tácitos del colectivo que representa, la clase trabajadora.
Sólo quiero dejarlo aquí apuntado, por si
en otro momento lo retomamos.