Víctor Garrido y yo hemos elaborado unas notas con el mismo título que encabeza esta entrada, en relación con el programa de "Salvados", en "La Sexta" del pasado domingo, que adjunto a continuación:
La industria de la moda
y el rigor del periodismo
y el rigor del periodismo
Aunque
pretendemos abordar un problema de mayor dimensión, como es el del rigor
exigible al periodismo de denuncia, estas notas han sido suscitadas por el
reciente programa de “La Sexta”, de Jordi Évole, “Salvados”, sobre la industria
de la moda, emitido el 21 de febrero. “Las víctimas de la moda” fue su
sugestivo título, la afirmación de que la moda no sólo impacta sobre personas
que la disfrutan, sino también sobre otras, y muchas, que la sufren en sus
condiciones de trabajo y posiblemente más en sus condiciones de vida.
Para empezar,
una consideración: el reportaje plantea un importante problema, las
“indecentes” condiciones de trabajo y, más aún, de vida, en Camboya, como
expresión de lo que sucede en una parte muy importante del planeta y que se
manifiesta de forma notable en la industria de la confección, pero que también
puede aplicarse a muchos otros sectores, como el mundo de la electrónica o de
la telefonía, etc., de la producción de bienes de consumo.
Se trata de
una cuestión que a los que suscribimos este artículo nos afecta de forma
directa porque desde la Federación Sindical Internacional “IndustriALL Global
Union” asumimos la responsabilidad de coordinar la aplicación del Acuerdo Marco
Global que esta organización ha suscrito con Inditex, multinacional de matriz
gallega, la primera distribuidora mundial de ropa. Es una actividad de la que
extraemos a diario la certeza de que es posible, además de necesario, avanzar
en la conquista de condiciones de trabajo dignas. El problema se sitúa en nuestra opinión en
cómo se pasa de la necesaria denuncia, de la exigencia de un trabajo “decente”,
a la búsqueda de cómo avanzar, de cómo luchar para tal objetivo.
Y para ello
no es suficiente, y a veces puede ser poco útil, una genérica denuncia de los
males del mundo. Necesario sería en primer lugar intentar conocer la realidad,
muchas veces mucho más heterogénea que el tópico, y conocer a los protagonistas
de las luchas concretas que se están librando y los resultados que se están
obteniendo. Y esto es lo que faltó en el programa de “Salvados”, lo que falta
más aún en otros, y lo que permite afirmar que estamos ante ejemplos de
periodismo de escaso rigor.
Faltó una
referencia a lo que se está ya haciendo desde la que es la vía principal para
hacer frente a esta realidad, es decir la acción sindical, la internacional
impulsada por IndustriALL Global Union, y la desarrollada en cada país por los
sindicatos locales. Referencia también a los planteamientos empresariales en
torno a la política de Responsabilidad Social, que va desde el puro marketing
en unas a un positivo planteamiento en otras, particularmente cuando se
alcanzan Acuerdos Marco eficaces con el sindicalismo global y que están
teniendo una positiva traducción en éste y otros países. Todo ello ha tenido en
Camboya, como en otros países, expresiones y experiencias concretas e interesantes
en los últimos años, y en muchas de ellas hemos sido activos participantes. A
los autores del programa les ofrecimos documentación y posibles vías de
investigación al respecto, pero visto el resultado es evidente que de poco
sirvió.
Está bien que
se entreviste a trabajadoras despedidas o en duros trabajos. Que se les
pregunte sobre su salario para comprobar que su cifra no coincide con la
señalada por el empresario, pero hubiera sido mejor verificar sus hojas de
salarios y su correspondencia con la realidad. Los salarios en la industria
textil constituyen naturalmente un tema importante para las y los trabajadores
del sector, pero también para el país, ya que esta industria supone el 80% de
sus exportaciones, y el umbral de pobreza del país se ha reducido desde el 52%
en el año 2004 hasta 18% en el año 2014, gracias principalmente a este sector.
Hubiera
resultado de interés desarrollar la afirmación de una trabajadora que, después
de denunciar sus malas condiciones de vida, lanza una clara petición: que compremos
más productos fabricados en Camboya.
Faltó enlazar la petición y la denuncia con sus movilizaciones por mejores
condiciones de vida y de trabajo, por el impulso efectivo que ello representa
hacia el necesario reequilibrio mundial. O su relación, también, con un posible
modelo de consumo alternativo.
Su incursión
en el tema salarial se hace además en el programa sin abordar precisamente la
propia historia de sus incrementos como resultado de luchas muy duras a lo
largo de los últimos años, pasando su salario mínimo mensual de 61 USD en 2013
a 140 USD en 2016, expresión de unos avances ciertamente insuficientes, pero importantes,
que se están produciendo en casi todos los países del sudeste asiático. No se
presentaron experiencias concretas de duras batallas sindicales contra los
cierres de fábricas o el despido de sindicalistas, unas ganadas y otras
perdidas, pero con una positiva incidencia en todas ellas de las
multinacionales que tienen una efectiva política de Responsabilidad Social.
Tampoco se abordó lo que constituye, precisamente en Camboya, una importante
experiencia en estos momentos: el proyecto ACT por el que los sindicatos
locales, coordinados por IndustriALL Global Union, han abierto la negociación
de un salario “vital” con los empresarios del país, presionados a su vez por
sus clientes, algunas de las grandes marcas del vestido.
Pero para poder
abordar todo ello hubiera sido necesario entrevistar a los sindicatos del país,
al menos al principal, afiliado a nuestra Federación Internacional, lo que no
se realizó a pesar de habérseles facilitado el contacto por nuestra parte. Y
los coordinadores de IndustriALL para el AMG con Inditex, que estuvimos en
Camboya en 2013 y en diciembre 2015, algo hubiéramos podido también aportar[1].
Faltó
también, aunque hubieran sido unos pocos minutos, preguntarles a la asociación
empresarial del textil camboyano que organiza a los dueños de las fábricas
(camboyanos unos, pero también chinos y coreanos muchos), y al gobierno del
país, muy directos responsables de muchas de las malas condiciones detectadas y
denunciadas..
Tampoco es
muy riguroso escandalizarse por la cifra de los supuestos 1.500 pantalones al
día que la trabajadora dijo “hacer” cada día, como si la trabajadora realizara
toda la prenda, cuando debería examinarse en todo caso qué operación del
pantalón realizaba y su duración, para poder sacar conclusiones adecuadas.
El programa
hizo referencia a las “mejores fábricas”, lo que era más bien una confusión con
el programa “Better Factories” de la OIT, que acredita a las fábricas que
constan como que han hecho su inscripción en el mismo, y para lo que sin
embargo no se precisa una auditoría previa y muchas de las acreditadas no han
sido todavía auditadas. Tampoco se entrevistó a la delegación de la OIT en el
país y a los responsables de este Programa “Better Factories”, que, a pesar de
lo indicado, supone un planteamiento de evidente interés. Lo cierto es que las
grandes marcas españolas siguen auditando a las fábricas de su cadena de
producción aunque estén en tal programa porque éste no tiene aún la suficiente
credibilidad.
En definitiva
una ocasión pérdida para informar de algo más que unas pinceladas, incompletas,
sobre la evidente e “indecente” miseria de las condiciones de vida en una parte
muy importante del mundo, y con el evidente riesgo de insinuar conclusiones
equivocadas partiendo de datos parciales. Porque si lo que se pretende es
contribuir a cambiar esta realidad, hay que ir más allá, empezando por la
necesidad de reportajes más rigurosos sobre tal realidad en su globalidad, para
que reaccionen los consumidores, los trabajadores, los sindicatos, …, toda la
sociedad, para que las marcas internacionales tomen nota, para que todos nos
impliquemos más.
24 de febrero
de 2016
Isidor Boix
Víctor Garrido
Miembros de la Secretaría de Internacional de CCOO-Industria
Coordinadores de IndustriALL Global Union para el Acuerdo Marco con Inditex
Coordinadores de IndustriALL Global Union para el Acuerdo Marco con Inditex
[1]Informe de una visita al país, a fábricas proveedoras
de Inditex, reuniones sindicales y con la OIT: Camboya - 2013) y sobre la reunión del Comité Ejecutivo de
IndustriALL Global Union, realizada en Camboya
(http://www.industria.ccoo.es/comunes/recursos/99927/2149488-Informe__Los_acuerdos_marco_globales_y_la_industria_del_vestido_en_el_mundo.pdf)