Con esta afirmación polemicé con la inicial de Luca Jahier (Presidente del
Comité Económico y Social Europeo) que había afirmado “Europa debe ser
sostenible o dejará de existir” en el debate abierto en la sesión de apertura
de la “Conferencia de Alto Nivel” sobre “Los Objetivos de Desarrollo
Sostenible y las iniciativas para Cadenas de Valor Sostenibles”. Una
expresión por su parte de caduco eurocentrismo.
Era éste un encuentro con unas 200 personas asistentes sobre las 257
inscritas organizado el 30 de octubre por el Comité de Desarrollo y Social
Europeo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y el Comité
Económico y Social holandés. Intervinieron también en la apertura Frans
Timmermans (Vicepresidente de la Comisión Europea) y Sigrid Kaag (Ministra de
Asuntos Exteriores y Cooperación al Desarrollo holandesa). Pude asimismo en
este debate inicial manifestar mi desacuerdo con el planteamiento de la
ministra holandesa que había afirmado el “necesario liderazgo del sector
privado”, señalando por mi parte el imprescindible y fundamental protagonismo de
la sociedad civil, del sindicalismo en particular y en éste del sindicalismo
europeo, el de los países de las casas matrices de las multinacionales.
Fue esta Conferencia una interesante iniciativa en la que cabe subrayar sin
embargo la muy escasa presencia sindical: sobre 37 ponentes programados para la
sesión plenaria y los talleres paralelos, sólo estábamos un representante de la
Confederación Europa de Sindicatos, otro de la Federación Europea de la
Alimentación y yo (invitado por otra parte para presentar el Foro Social de la
Moda de España).
Más allá del desequilibrio en las ponencias, cabe señalar que las
intervenciones, al menos en la sesión plenaria y en el taller sobre el sector
textil, destacaron esencialmente los riesgos del momento con positivas
formulaciones de la urgente necesidad de hacerle frente. Pero, en las
apelaciones a todos los actores posibles, se orientaban esencialmente a la
iniciativa empresarial porque “la sostenibilidad es rentable a largo plazo”.
Las referencias a la “movilización de la sociedad civil”, entre ellas por parte
de Frans Timmermans, para que el mundo empresarial “lo entienda”, no estuvieron
acompañadas de su necesario desarrollo. En general buenos propósitos con muy
escasas referencias a sus resultados.
Más allá de su título genérico, el encuentro estaba destinado a promocionar
la iniciativa holandesa multistakeholder para la industria de la moda (https://www.imvoconvenanten.nl/garments-textile?sc_lang=en), que, al igual que la alemana (https://www.textilbuendnis.com/en/) , supone además la implicación de sus
correspondientes Administraciones Públicas.
En mi intervención presenté el proyecto español, “Foro Social de ,la
Industria de la Moda de España” (http://industria.ccoo.es//ae4a3c383e61215f61601628b655099c000060.pdf), primero como iniciativa de la
sociedad civil (sindicatos y ONGs) a la que luego se incorporó el sector
empresarial, y que en este momento está integrado por: los 2 principales
sindicatos del país (CCOO y UGT), 20 ONGs (Observatorio de
RSC, Organización de consumidores, Intermon-Oxfam, …), y 6 empresas
(entre ellas 4 grandes: Inditex, Mango, El Corte Inglés y Tendam), y 7 organizaciones
empresariales del sector (entre ellas las principales: FEDECON, CIE y Géneros
de Punto). No participa la Administración Pública, aunque hemos planteado ya la
relación con ella.
Señalé que la incorporación a nuestro Foro Social supone suscribir el
documento “Participación y Objetivos” (http://industria.ccoo.es//1c8677b05148617f3837f61eef8543f8000060.pdf) e incorporarse a uno de los 3 grupos
de trabajo: 1) Cadenas de Suministro, 2) Consumo, Innovación, Entorno Social y
Ambiental, ó 3) Fiscalidad Responsable.
A preguntas del moderador sobre “los riegos para los trabajadores de la
UE”, tuve además ocasión de introducir un tema ausente demasiadas veces en
estos debates y al que ya aludí en el debate de apertura: el interés propio de
los trabajadores europeos en la globalización de los derechos, las necesarias
iniciativas sindicales y su particular responsabilidad desde las casas matrices
para defender el trabajo decente a lo largo de todas las cadenas de suministro,
con referencia a las incipientes experiencias al respecto: los Acuerdos Marco
Globales, el Proyecto ACT o los Acuerdos de Bangladesh, como más
significativos.