viernes, 2 de noviembre de 2018

“El mundo debe ser sostenible o Europa (el modelo social europeo) dejará de existir”


Con esta afirmación polemicé con la inicial de Luca Jahier (Presidente del Comité Económico y Social Europeo) que había afirmado “Europa debe ser sostenible o dejará de existir” en el debate abierto en la sesión de apertura de la “Conferencia de Alto Nivel” sobre “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las iniciativas para Cadenas de Valor Sostenibles”.  Una expresión por su parte de caduco eurocentrismo.

Era éste un encuentro con unas 200 personas asistentes sobre las 257 inscritas organizado el 30 de octubre por el Comité de Desarrollo y Social Europeo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos y el Comité Económico y Social holandés. Intervinieron también en la apertura Frans Timmermans (Vicepresidente de la Comisión Europea) y Sigrid Kaag (Ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación al Desarrollo holandesa). Pude asimismo en este debate inicial manifestar mi desacuerdo con el planteamiento de la ministra holandesa que había afirmado el “necesario liderazgo del sector privado”, señalando por mi parte el imprescindible y fundamental protagonismo de la sociedad civil, del sindicalismo en particular y en éste del sindicalismo europeo, el de los países de las casas matrices de las multinacionales. 

Fue esta Conferencia una interesante iniciativa en la que cabe subrayar sin embargo la muy escasa presencia sindical: sobre 37 ponentes programados para la sesión plenaria y los talleres paralelos, sólo estábamos un representante de la Confederación Europa de Sindicatos, otro de la Federación Europea de la Alimentación y yo (invitado por otra parte para presentar el Foro Social de la Moda de España).

Más allá del desequilibrio en las ponencias, cabe señalar que las intervenciones, al menos en la sesión plenaria y en el taller sobre el sector textil, destacaron esencialmente los riesgos del momento con positivas formulaciones de la urgente necesidad de hacerle frente. Pero, en las apelaciones a todos los actores posibles, se orientaban esencialmente a la iniciativa empresarial porque “la sostenibilidad es rentable a largo plazo”. Las referencias a la “movilización de la sociedad civil”, entre ellas por parte de Frans Timmermans, para que el mundo empresarial “lo entienda”, no estuvieron acompañadas de su necesario desarrollo. En general buenos propósitos con muy escasas referencias a sus resultados.

Más allá de su título genérico, el encuentro estaba destinado a promocionar la iniciativa holandesa multistakeholder para la industria de la moda (https://www.imvoconvenanten.nl/garments-textile?sc_lang=en), que, al igual que la alemana (https://www.textilbuendnis.com/en/) , supone además la implicación de sus correspondientes Administraciones Públicas.

En mi intervención presenté el proyecto español, “Foro Social de ,la Industria de la Moda de España” (http://industria.ccoo.es//ae4a3c383e61215f61601628b655099c000060.pdf), primero  como iniciativa de la sociedad civil (sindicatos y ONGs) a la que luego se incorporó el sector empresarial, y que en este momento está integrado por: los 2 principales sindicatos del país (CCOO y UGT), 20 ONGs (Observatorio de RSC, Organización de consumidores, Intermon-Oxfam, …), y 6 empresas (entre ellas 4 grandes: Inditex, Mango, El Corte Inglés y Tendam), y 7 organizaciones empresariales del sector (entre ellas las principales: FEDECON, CIE y Géneros de Punto). No participa la Administración Pública, aunque hemos planteado ya la relación con ella.

Señalé que la incorporación a nuestro Foro Social supone suscribir el documento “Participación y Objetivos” (http://industria.ccoo.es//1c8677b05148617f3837f61eef8543f8000060.pdf) e incorporarse a uno de los 3 grupos de trabajo: 1) Cadenas de Suministro, 2) Consumo, Innovación, Entorno Social y Ambiental, ó 3) Fiscalidad Responsable.

A preguntas del moderador sobre “los riegos para los trabajadores de la UE”, tuve además ocasión de introducir un tema ausente demasiadas veces en estos debates y al que ya aludí en el debate de apertura: el interés propio de los trabajadores europeos en la globalización de los derechos, las necesarias iniciativas sindicales y su particular responsabilidad desde las casas matrices para defender el trabajo decente a lo largo de todas las cadenas de suministro, con referencia a las incipientes experiencias al respecto: los Acuerdos Marco Globales, el Proyecto ACT o los Acuerdos de Bangladesh, como más significativos.