En su artículo “Por un renacimiento europeo”, Emmanuel Macron dice:” …
Europa … debe establecer … un salario mínimo europeo …”[1]. Pero a la nueva
jefa de la CDU alemana sucesora de Angela Merkel, Anne Kramp-Karrenbauer, no le
gusta la supuesta “parte social” de la propuesta del Presidente francés.
Resulta sorprendente que éste sea un elemento de discusión de los
conservadores alemanes con el presidente francés cuando la necesaria unidad
europea requiere ciertamente una pata social. Pero, ¿sólo a ellos les interesa
el tema?
¿Y los sindicatos? ¿No tenemos nada que decir al respecto? No parece, al
menos estos días.
Lo cierto es que la cuestión estuvo presente en los Congresos de la
Confederación Europea de Sindicatos (CES) de Sevilla (2007) y Atenas (2011) en
los que tuve ocasión de participar. En ambos se frustraron las propuestas
(entre otras las de CCOO) para debatir y decidir sobre el tema por la negativa
de algunos sindicatos del centro y norte de Europa, los suecos en particular,
temerosos de que una base mínima de general aplicación debilitara sus más altas
retribuciones. Una no desconocida reacción, gravemente errónea en mi
opinión, de los sectores sociales en mejores condiciones que olvidan que el
principal riesgo de las vanguardias es quedar aisladas en sus aparentes privilegios,
aunque hayan sido conquistados en duras batallas, y de que, precisamente por
ello, la exigible solidaridad en el sindicalismo, una de sus esencias, no sólo
interesa a los que la reciben, sino que debe interesar a los que corresponde
practicarla.
La interdependencia que la globalización acentúa debería contribuir a
superar estas negativas inercias y ayudar a que el sindicalismo europeo diga
algo. Pues algo se ha movido en los últimos años también en el sindicalismo
sueco, sobre todo a partir de la “competencia” de los trabajadores de la
construcción letones y lituanos que trabajan en Suecia contratados en sus
países de origen con las condiciones de trabajo, salarios incluidos, de éstos.
Pero de momento nada sabemos al respecto. El debate en el centroderecha
europeo, franco-alemán al menos, bienvenido sea si nos ayuda a abordarlo.