José Luis apunta en su blog (http://lopezbulla.blogspot.com.es/2016/07/el-miedo-dice-usted-anda-ya.html) una serie de consideraciones a
partir de las formuladas por Albert Recio en el suyo (http://www.mientrastanto.org/boletin-148/notas/ventana-cerrada). Ambas de gran interés en mi
opinión.
Porque entiendo que
no se trata de un diagnóstico, y menos de unas conclusiones, sino que las
considero como unos apuntes para impulsar una reflexión individual y colectiva
más amplia, de conclusiones menos urgentes, pero útiles sin duda para la acción
social, ésta sí más urgente e imprescindible día a día. Una reflexión y una
acción que, además, podrán sin duda influir en las próximas o menos próximas
contiendas electorales.
Compartiendo ambas reflexiones,
me falta algo. Algo que de todas formas las dos aportaciones en cierto sentido
sugieren.
Señala Albert Recio la indudable
incidencia de las políticas europeas, globales, apuntando a la necesaria
consideración de apuestas políticas y sus resultados, como pueden, deben, ser
las de Grecia, Gran Bretaña, Austria, Portugal, … , y añade José Luis que el
“sindicalismo confederal” debería aportar a esta necesaria reflexión.
Me decido a terciar en estas
consideraciones, no para desarrollarlas, ni para tirar del hilo de lo que
sugieren, sino para proponer otra referencia que entiendo necesaria también
como punto de partida.
Precisamente porque comparto los
planteamientos de partida señalados por ambos, creo imprescindible situar el
ámbito de esta reflexión, y, reitero, acción, en el marco europeo y global. Y
no para recuperar el debate Stalin-Trotski (mucho ha llovido desde entonces),
entiendo que cabe afirmar que no puede haber una solución plena “en un solo
país”, aunque mucho puede, debe, avanzarse desde cada país.
Para una inflexión en las
actuales tendencias, para la defensa del “estado de bienestar” europeo y para
avanzar en la construcción de una Europa unida y democrática, para avanzar en
el “trabajo decente” en el mundo (cuestiones muy ligadas, interdependientes),
es imprescindible una acción social supranacional. Y el papel del sindicalismo
debe ser esencial para conseguirlo. Sindicalismo nacional y sindicalismo
supranacional, sindicalismo confederal y sindicalismo sectorial, CES
(Confederación Europea de Sindicatos) y CSI (Confederación Sindical
Internacional), Federaciones Sindicales Internacionales de Industria
(industriALL Global Union), de Servicios (UNI), …
La errónea, en mi opinión, respuesta dada a la crisis, la incapacidad para una respuesta clara, de planteamiento y de acción, al drama de los refugiados y, más allá, de las emigraciones, la anemia del sindicalismo global en la defensa de la dignidad del trabajo en el mundo, …, todo ello apunta a que la adecuada intervención sindical está por venir.
La errónea, en mi opinión, respuesta dada a la crisis, la incapacidad para una respuesta clara, de planteamiento y de acción, al drama de los refugiados y, más allá, de las emigraciones, la anemia del sindicalismo global en la defensa de la dignidad del trabajo en el mundo, …, todo ello apunta a que la adecuada intervención sindical está por venir.
Y creo que tal iniciativa es
imprescindible para la propia supervivencia del sindicalismo organizado.
Intervención, propuesta, iniciativa, tanto “nacional” como “supranacional”,
europea y global. Si el resultado electoral sirve para abrir los ojos a esta
cuestión, ¡bienvenido sea!
Esto debería constituir también
un elemento de la reflexión a partir de los resultados electorales si lo que se
pretende es determinar cómo recuperar la iniciativa política y social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario