En el día de ayer se conmemoró el 40º aniversario de
la firma del 1er. Convenio General de la Industria Química de España.
El Acto, celebrado en el Ministerio de Trabajo, fue
abierto por el Director General, Angel Allué. Presentamos una “Visión histórica
del Convenio desde la perspectiva de sus negociadores”: Joaquím Gonzalez e
Isidor Boix por parte de CCOO, Matilde Fernández y Antonio Deusa por UGT, y
Fabián Márquez y Gustavo Alonso por la organización empresarial FEIQUE.
Clausuraron el acto los Secretarios Generales de las Federaciones de CCOO y UGT
Agustín Martín y Pedro Hojas y el Presidente de la Comisión Sociolaboral de FEIQUE
Luis Hervella..
El resumen de mi intervención fue el siguiente:
Que coincidan (salvando las evidentes distancias) las
conmemoraciones del 40 aniversario de la mejor Constitución de nuestra
historia, con el del Convenio General de la Industria Química, no es una simple
coincidencia. Porque este Convenio es también resultado de la conquista de la
democracia en España. Constituye nuestra particular “constitución” de este
sector industrial. Y, al igual que la Constitución, como Joaquím González ya señaló,
surgió con directa incidencia de los Pactos de la Moncloa. Y otra coincidencia
de interés: Constitución y Convenio son cuerpos vivos, vivos en su aplicación y
en su capacidad para evolucionar desde la democracia.
Siguiendo con las coincidencias. Dos referencias
esenciales de nuestra Carta Magna, una la libertad de empresa en la economía de
mercado y otra los derechos sindicales fundamentales, la libertad sindical, el
derecho de huelga y el de negociación colectiva. Mal iríamos sin el potente e
interrelacionado desarrollo de ambos, un desarrollo que supone necesariamente
un conflicto. Conflicto de intereses profundo y esencial en nuestra sociedad.
Conflicto para avanzar en las condiciones de vida y de trabajo de la clase
trabajadora, en los derechos de intervención sindical en la organización del
trabajo, y conflicto también estimulando la adecuada gestión empresarial para
que ésta no se base en la discrecionalidad o arbitrariedad en el ejercicio de
su facultad de dirección sino en la interlocución y negociación con el
sindicalismo organizado.
A ello ha contribuido y contribuye nuestro convenio
cuando establece un cauce para el desarrollo y el gobierno del conflicto.
Significativo al respecto es que el movimiento huelguístico más importante de
la historia del convenio fue precisamente en la segunda mitad de los años 70
del siglo pasado, y lo fue para expresar la exigencia sindical de un convenio
estatal que integrara los anteriores 18 convenios subsectoriales estatales y
muchas decenas de convenios subsectoriales de ámbito provincial, comarcal e
incluso local. Ninguna otra huelga en estos 40 años, aunque sí mucha
interlocución, mucha negociación, frecuentes tensiones (algunas de alta
intensidad) resueltas sin necesidad de llegar a la huelga. No ha sido necesario
llegar a demostrar las fuerzas en presencia, sindical y empresarial, porque
ambas organizaciones las conocíamos, como también ha señalado Quim.
Permitidme una breve referencia al convenio para
explicar cómo incide en el gobierno del conflicto:
A través de su articulado se establecen numerosas vías
que relacionen las normas sectoriales y sus instrumentos de aplicación en cada
empresa, a los problemas de cada día en los centros de trabajo de la industria
química, estableciendo derechos de intervención sindical en
todos ellos, con un capítulo específico y referencias a lo largo de todo el
articulado. Veamos algunos:
· La estructura de la articulación de
la negociación en los diversos ámbitos, entre el sectorial estatal y la
empresa, señalando explícitamente las necesarias negociaciones en ésta, sus
materias, interlocutores, procedimientos, ..., con previstos pactos de
articulación negociados en la empresa, pactos no necesariamente de “mejora”,
pero sí, siempre, de desarrollo y aplicación.
· La política de empleo y
la contratación de cada empresa, con su información y discusión (y previsión)
anual.
· La estructura salarial con
1) la Masa Salarial (el único, con el de Perfumería, que la incorporó y mantuvo
después de los Pactos de la Moncloa), como instrumento para la actualización de
la estructura salarial en la aplicación de los incrementos salariales, y 2) El Plus Convenio, convertido en indicativo de la diversa realidad de cada
empresa, lo que, junto con la referida Masa Salarial, explica que sea un
convenio de directa y útil aplicación a la gran y a la pequeña empresa, así
como que existan con tan pocos convenios de empresa separados del general
sectorial. Negociación de la aplicación del incremento sobre la Masa Salarial que
permite corregir prácticas discriminatorias.
· La prevención en salud y
seguridad, con los mapas de riesgos y el desarrollo de nuevas referencias,
como los riesgos psicosociales. Delegad@s de medioambiente. Comités de
seguridad intercontratas, de aplicación a las empresas en red, particularmente
cuando trabajan en un mismo espacio físico.
· La política de igualdad y
la acción positiva, con delegad@s de igualdad, específica protección frente a
la violencia de género
· La Responsabilidad Social desde
el “Compromiso de Progreso” sobre las cuestiones ambientales, posteriormente
generalizada a todos los demás ámbitos de las relaciones laborales
· La organización del trabajo,
con particular atención a la ordenación del tiempo de trabajo y a la relación
entre la actividad profesional, la clasificación, formación y promoción.
Implantación de nuevas tecnologías y teletrabajo.
· La interlocución en el ámbito
europeo
Todo ello de forma no aislada en cada centro de
trabajo, sino estrechamente relacionada con la acción sindical sectorial, a lo
que ha contribuido de forma decisiva no sólo las normas convencionales
referidas sino las formas de intervención de las direcciones sindicales
sectoriales, y también empresariales, plasmadas en la Comisión Mixta y su
regular funcionamiento no clientelar, así como la mediación gestionada no por
“expertos” ajenos a las relaciones laborales, sino por órganos mediadores
mixtos sindical-empresariales con un capítulo específico sobre solución de
conflictos. O el sistema de encuesta que el convenio establece para el
seguimiento de su aplicación como instrumento para la revisión y balance de la
misma.
Es esta realidad del convenio la que puede explicar
algunos fenómenos de interés, como son:
· Que en la encuesta sobre
aplicación del convenio realizada con ocasión de su 20 aniversario,
las respuestas sindicales señalaban en un 43 % de los casos que las relaciones
con la empresa eran “buenas”, un 49 % “regulares” y sólo un 8 % las
calificaba de “malas”.
· Y, sobre todo, que las negativas
Reformas Laborales hayan tenido mucha menor incidencia que en otros
ámbitos debido a que los problemas que éstas trataban (dando discrecionalidad y
arbitrariedad a las direcciones empresariales) habían sido ya abordados desde el
convenio pero con instrumentos de intervención sindical que han demostrado su
eficacia.
Todo ello ha sido posible tanto por la acción sindical
a lo largo de años, como porque la representación empresarial en el
convenio, FEIQUE como organización empresarial sectorial, y también en la
mayoría de empresas, han entendido que los sindicatos no somos un mal
inevitable, sino un instrumento necesario y útil para canalizar la sí
inevitable, y positiva, tensión social.
Y
como colofón de estas consideraciones sobre el convenio, quiero señalar la
respuesta de los trabajadores del sector, traducida en las elecciones
sindicales y en el nivel de sindicalización que expresan:
CCOO y UGT tenemos en este momento conjuntamente un 79
% de la representación sindical en los centros de trabajo del ámbito del
Convenio General de la Industria Química (en los que se integran la gran
mayoría de empresas –granes y pequeñas- y de trabajadores del sector), por
delante de la sindicación de las empresas con convenio propio, que es del 72 %
para ambos sindicatos, y por delante de la que ostentan en el conjunto de
sectores, que es del 68%.
Este convenio ha de servir por ello para abordar en
las mejores condiciones problemas ya de hoy y sin duda prioritarios en el
mañana inmediato, como son la reorganización empresarial con las empresas en
red, la digitalización de la economía, etc., etc.
¡Larga vida pues al Convenio General de la
Industria Química!
¡Muchas
gracias!