Hace unos pocos días expliqué (http://iboix.blogspot.com.es/2017/11/porque-pienso-votar-socialista-la-lista.html) mi previsión de voto por la lista del PSC encabezada por
Miquel Iceta. Y ello en base a la realidad política, así como de las posiciones
que habían adoptado las diversas organizaciones políticas a lo largo de los
últimos años, particularmente de los últimos meses y semanas, de su acción
política en nuestra última y convulsa etapa; también de algunas decisiones como
la ruptura del pacto de gobierno en el ayuntamiento de Barcelona. Faltaba
conocer y valorar los programas electorales, importantes sin duda, aunque menos
decisivos que la práctica política ya desarrollada y sus propuestas concretas
en este último periodo y para el inmediato.
Ahora conocemos ya los programas electorales, y hay que
juzgarlos por lo que afirman como propuestas de gobierno a integrar en las
posibles, necesarias, alianzas de gobierno. Para mí lo deseable sigue siendo un
gobierno con base en PSC, Catalunya en Comú-Podem y ERC, liderado por Miquel
Iceta. Así lo afirmé hace días y así me reafirmo a la vista de los programas de
las dos opciones a las que podría dar mi voto, CatECP (a los que he votado en
las últimas convocatorias) o PSC (a los que ahora pienso votar). El examen de
los programas ahora publicados me lleva a reafirmar esta opción que no supone
sólo la apuesta por una propuesta, sino también el rechazo de la otra.
Son programas similares en muchos aspectos, empezando por
sus dimensiones, más de 150 páginas cada uno. También por afirmaciones
que suenan bien, pero para las que no explican suficientemente con qué cuentan
para llevarlas a cabo, pues para ello no es suficiente su lógica voluntad de
que la mayoría absoluta de los catalanes les otorguen el voto. Ya saben que no
será así, por lo que es esencial la posible política de alianzas y el
consiguiente programa de gobierno inmediato. Para ello me merece más
credibilidad la propuesta socialista.
Pero vayamos a los programas, a lo que por otra parte me
han emplazado algunos amigos y otros que lo parecen menos. Confieso que he
leído en diagonal una parte de ambos programas, para prestar especial atención
a cómo piensan abordar dos cuestiones que considero esenciales.
Por una parte el imprescindible y muy difícil desbloqueo de
la actual situación política de Catalunya, de la necesaria reconducción de
nuestro autogobierno en contenidos y en el camino para su implementación. Por
otra, cómo abordan la también necesaria acción sindical para impulsar la
urgente movilización de la clase trabajadora en la demasiado olvidada batalla
para salir de verdad de la crisis en condiciones de trabajo y de vida de todos,
así como en derechos individuales y colectivos.
En relación con el desbloqueo del impas político que
vivimos en Catalunya rechazo la propuesta de los comunes. Dicen que proponen “la creación en Catalunya de una república
social … que desde el ejercicio de su soberanía establezca una relación
confederal con el estado español”, …un “pacto bilateral con el estado”, etc. Supongo que los redactores de estas afirmaciones no
desconocen, aunque no lo dicen, que tal tipo de negociación supone la previa
independencia catalana. A éstas y otras en el mismo sentido entiendo que se les
puede aplicar la afirmación de estos días de Pablo Iglesias en un mitin en
Catalunya explicando, con razón, que prometer o proponer lo imposible es “engañar”
a los ciudadanos. Más serias y practicables me parecen la propuestas
socialistas, aunque a su voluntad de la difícil reforma de la Constitución
española creo habría que añadir una consulta a la ciudadanía de Catalunya,
asumida como políticamente vinculante, y en cuyo desarrollo habría que
incorporar la afirmación, y argumentarla, no sólo de que “no somos
independentistas”, como dicen los comunes, sino de que "somos no independentistas",
o más claro: “somos contrarios a la independencia”. Lo que al mismo tiempo
podría, debería, ir acompañado de la clara asunción de lo que resulte de la
mencionada consulta.
También me parece claramente rechazable la propuesta de los
comunes en relación con la acción sindical y las relaciones laborales.
Coincido en lo que tanto el programa electoral de los
comunes como el de los socialistas proponen, es decir la derogación de la
reforma laboral del PP, ciertamente la peor, aunque los socialistas se olvidan
de la también necesaria derogación de la de Zapatero. Y ello previamente a la
también necesaria nueva elaboración del Estatuto de los Trabajadores, de ámbito
español. Pero lo que supone mi más claro rechazo de la propuesta de los comunes
es la de un “marco
catalán de relaciones laborales” y su
apuesta por “convenios
sectoriales de ámbito catalán”.
Sin ninguna referencia a los convenios sectoriales estatales defendidos
por las Confederaciones de CCOO y UGT como ámbitos de acción y negociación
colectiva y solidaria, una estrategia sindical que creía además asumida por las
organizaciones catalanas de ambos sindicatos. No he oído sin embargo hasta
ahora, particularmente por parte de los que podrían considerarse más próximos a
los comunes, ninguna consideración al respecto por parte de CCOO y UGT de
Catalunya.
Desde la perspectiva sindical esta cuestión tiene una más
significativa importancia, es más grave, en este momento, cuando se aprecian
claras tendencias “renacionalizadoras”, “neocorporativas”, insolidarias, en
importantes ámbitos del movimiento sindical. En un momento en el que el
desafío de la globalización a todos para defender las más inmediatas
condiciones de vida y de trabajo, también para los sectores en mejores
condiciones hoy, exige como respuesta la globalización de los derechos, lo que
supone ámbitos de negociación y movilización cada vez más amplios, no más
reducidos.
Mi profundo desacuerdo con estas propuestas de “Catalunya
en Comú-Podem”, vinculada a mi inequívoca apuesta por la unidad y solidaridad
de la clase trabajadora, de las fuerzas de progreso, de toda España, me lleva a
reafirmar mi decisión de dar mi voto el 21-D a la lista socialista encabezada
por Miquel Iceta.
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